martes, 28 de noviembre de 2017

Expectativas y realidades. ¿Cómo me afectan?

noviembre 28, 2017 7 Comments
(Se aconseja leer la siguiente entrada bajo su responsabilidad. Está escrita desde las malas experiencias y el resentimiento de tres años y pico de estudio y dos oposiciones. Se mezclará la ironía, con el cabreo y, al final (spoiler) con una breve moraleja. Por favor, sed conscientes de ello.)

Vamos a aclarar una cosa antes de nada: no estoy estudiando para sacar una plaza. 

¡ZAS! Pero Plumita, ¿cómo que no estás estudiando para sacar una plaza? No. No puedo estudiar para sacar una plaza, soy consciente de las limitaciones que tiene mi oposición: necesitas experiencia

¿Y para qué estudias? Para conseguir la mejor nota posible. El objetivo es claro, conseguir la mejor nota para poder subir en la lista, trabajar y, así, ganar experiencia para en otras oposiciones poder ir a por la plaza. 


Yo estoy concienciada de esto, sé que la posibilidad de sacar plaza a la primera o a la segunda sin experiencia existe, pero es tan sumamente remota que prefiero mentalizarme en que voy a ir a sacar la mejor nota, trabajar mucho y el día de mañana tener la "maldita" experiencia. 

Lo hago así porque creo que es una forma más sana de enfrentarme a ellas. Mi experiencia me dice que es un proceso muy injusto en el que entran en juego muchos más factores además del estudio y el conocimiento. La última vez que me presenté, tardé más de dos meses en recuperarme psicológicamente de todo el cansancio y del tremendo chasco que me llevé (aprobé la primera parte, suspendí la segunda, quedando una media de aprobado pero en una posición en la que no podría trabajar). Por ello, si ya antes de presentarme a las opos tengo en mente un objetivo más realista, la resaca post-opositoril será más llevadera.  


El problema recae en que en mi alrededor la gente no entiende este sistema absurdo de oposiciones. ¡Ojo! que no pasa solo en educación, me acabo de encontrar a un amigo que es médico, uno de los mejores en su especialidad, ha sacado una notaza en su primera parte de oposición y cuándo le he preguntado qué tal llevaba la segunda me ha caído un rotundo: "la verdad es que lo llevo muy bien, pero como no saque un 100% no tendré la plaza, porque hay gente con mucha más experiencia  que me superará con nada". ¡Vaya plan!

Mi madre lo entiende bien. Ella ha vivido procesos de selección aunque en su profesión se trabaja mucho mejor que en la mía. Gracias a ello, ahora está en ese "lado oscuro" de tener experiencia 😅😅😅. Desde hace unos años me hizo ver que este camino iba a ser largo, que me lo debía tomar con calma pero sin pausa y, sobre todo, con objetivos realistas (sabias madres). 

Mi padre es otra historia. Él no entiende que sacrifique año tras año para estudiar y que cuando trabaje sea en condiciones de sustitución en cualquier lugar de la Comunidad. Por él soy maestra, por él me he metido en las oposiciones ya que ha sido un futuro que él me ha ido dibujando desde bien pequeña, llevando mi vocación más hacia la educación. Pero parece ser que él esperaba llegar y besar el santo.
Para ser sincera siempre he sido buena estudiante y lo tengo muy mal acostumbrado. A él y a mucha gente de mi alrededor. Mi primer año de oposiciones lo compaginé con un master y la verdad es que no pude estudiar lo que me hubiese gustado. Cuando mis allegados me preguntaban, les contestaba la realidad: "las opos muy lentas, no creo que llegue a todo. Iré por probar la experiencia". A lo que ya estaba más que acostumbrada a escuchar aquello de "mujer, tú puedes con todo. Seguro que las apruebas y con nota". 
Llegó un momento que estos comentarios me enfadaban y mucho. Yo no decía eso por decir, realmente llevaba las opos como el culo (sí, vamos a quitarnos finerías y dejar las cosas claras). Si soy sincera, me presenté a las opos llevando todos los temas leídos, 7 estudiados bien, de los cuales, me encontraba segura con 5.
Ahora, eso sí, me miró un ángel. Igual que en orientación llevaba 48/68 temas y no me tocó ninguno, aquí me tocaron 2 que me sabía y hasta pude elegir. Aprobé, justita y entonces... continuaron los problemas. 

El comentario que más escuchaba ese año era: "ay!, ya en lista. Ya verás como este año trabajas mucho"

Ya soy una experta en las caras de sapo. Aunque últimamente las disimulo bien. 
No, ese año no trabajé nada, y sí, tuve que escuchar los comentarios del tipo "trabajarás mucho" todo el año.

Inciso más que importante: vaya por delante que estos comentarios me molestaban mucho porque sabía que no se harían realidad, aumentaban mi ansiedad o la sensación de que iba a defraudar a las personas de mi alrededor, pero en el fondo, las personas que me lo hacían solo buscaban animarme lo cual agradezco muchísimo. 💓

Lo que sí os digo es que he llegado a un pacto para que esto no ocurra con la mayoría de las personas con las que tengo un contacto más o menos continuo: no hablar de la oposición a menos que yo empiece la conversación sobre ellas. Los amigos somos amigos para todo, yo tengo una amiga que es médico y jamás quiere que le hable de medicina, pues no lo hago (al menos que me esté muriendo delante de ella), esto es lo mismo. Si salgo un día para distraerme con un amigo y lo primero que me pregunta es qué tal el estudio, seguramente me agobie. Se lo agradeceré con todo mi corazón porque no deja de ser preocupación por mí, pero bueno... ahora ya lo tenemos arreglado: no hablamos de ello y punto. 

Es un camino difícil y es importante que los de vuestro alrededor os apoyen y os entiendan. No digo que el mundo gire entre vosotros/as, no somos el centro del mundo, pero sí, poned claros los límites que pueden hacer sentirnos mejor. A mí, en todo este recorrido solo hay una persona que no me lo respeta, que cada vez que quedo con él llego a casa con el ánimo, la autoestima, la motivación por los suelos y es... mi padre. Insiste en que me vaya a la empresa privada, sea por educación o por recursos humanos. 


Es preocupación de padre y, como tal, se le agradece pero haced un ejercicio de imaginación durante un segundo. Con toda la ilusión sacas un día para comer con tu padre, para ir al teatro, para ver una charla, para tomar un vino, etc. Llegas, al principio bien y al poco tiempo empieza soltando cosas, en un tono más bien desagradable, como "pero es que tú te ves?, todo el día haciendo que estudias, sabes que memorizar no se te da bien, para qué? si al final vas a estar igual que ahora, en una lista, sin trabajar... No te merece la pena. Tú vales mucho (aquí dices, algo bueno, menos mal), porque eres una vaga, porque estás de papo de tu madre, lo que tenías que hacer es ponerte a trabajar ya, porque esa preparadora tuya lo único que quiere es tu dinero, porque vaya plan que te traes, por qué no duermes bien, te tiene que dar más el sol porque no veas que cara traes, etc. etc. etc."

Y si me preguntáis como lidio ante esta situación os seré sincera: mal. Lo que acabo haciendo es verlo menos y espaciar estas charlas porque os puedo asegurar que me dejan rota y llena de dudas. Llego a cuestionarme todo por lo que estoy trabajando y eso no me lo puedo permitir. Es muy fácil decir que os entre por un oído y os salga por otro, pero no deja de ser una persona muy importante en mi vida, mi padre... ¿cómo no le voy a hacer caso? No deja de ser a esa persona a la que le consulto muchísimas cosas importantes...

Así que, simplemente, me dejo una nota en el escritorio antes de quedar con él, recordándome por lo que lucho, recordándome mis sueños y, sobre todo, dándome razones para seguir al día siguiente a tope. 

Moraleja: desde luego el exterior condiciona. Estamos en una etapa de nuestra vida en la que tendemos a ser egoístas por naturaleza: pasamos mucho tiempo solos/as, aislados/as y tendemos a ser más conscientes de lo que pensamos, necesitamos, lo que nos molesta, etc. Pero ojo, repito, no somos el centro del mundo. Está bien intentar comentarles a nuestros cercanos las cosas que pueden hacer o no hacer con tal de ayudarnos a sentirmos mejor, a motivarnos... pero eso incluye que ellos nos digan lo que echan de menos de nosotros/as. Y si os pasa lo que a mí, que uno de los pilares importantes de mi vida no cree en lo que hago, reflexionad si el camino que hacéis tiene sentido y, si lo creéis así, intentad que la otra persona lo entienda. Si sigue igual, luchad con todas vuestras fuerzas. 
Tendréis vuestros bajones más acusados, porque os faltará ese apoyo pero cuando saquéis las plazas: invitáis a esa persona a una buena cena o comida y le agradecéis que os haya hecho más fuertes. 


Como siempre, espero que os haya gustado la entrada. Sé que es algo diferente a lo que estáis acostumbrados pero me ha venido bien soltarlo. Un besoooooote enorme! 😘😘😘😘😘😘



 



 

martes, 21 de noviembre de 2017

Método Plumil II: Un poco de todo

noviembre 21, 2017 0 Comments

Hola hola!!!
Fuente: Google

Hoy os vengo a hablar de la segunda parte de cómo me organizo, centrándome en tres puntos: organización semanal, esquemas y simulacros.

Fuente: Google
La verdad es que cómo se puede ver en mi cuenta tengo claro que adapto siempre mi planificación a las cosas que van surgiendo y que compenso, pero más o menos siempre sigo los mismos objetivos temporales que me ayudan a llevar la semana a buen ritmo sin atosigarme a última hora.

En la primera entrada (que os he enlazado, pinchad) os hablo de cómo me enfrento a los temas y qué pasos sigo para estudiarlos.

Más adelante os hablaré, si os apetece, de cómo los repaso pero como todavía ando buscando el método que mejor se adapte a mi y por eso, prefiero no meterme hasta comprobar cuál es el que más me gusta y si me funciona.




Punto uno: de momento me gustaría contaros cómo me organizo semanalmente hablando. Mi semana va de martes a martes ya que, teniendo la preparadora el lunes prefiero hacerlo así aunque, socialmente, es un poco complicado porque para mí los fines de semana son los días que más le doy al estudio teniendo que hacer, también, el simulacro.

Los lunes por la noche los suelo dedicar a dejar a mi gusto los temas o los documentos que me pasa la preparadora. Eso incluye poner una tipografía que me permite leer con más facilidad, grande para que no cansar mucho la vista (antes me influía dejarlo en el mínimo número de páginas posibles, pero como me voy haciendo viejita…), que todos los títulos queden alineados con el texto, etc. Como es algo que muchas veces sale a colación os dejo las tipografías que he ido utilizando como títulos (y otras pocas más) y la que siempre utilizo para los apuntes: Never say Never (si pincháis os lleva directamente a la página de descarga).



https://www.dafont.com/es/never-say-never.font
https://www.dafont.com/es/autumn-moon.font






https://www.dafont.com/es/heartbeat-in-christmas.font







La mayoría de los lunes lo que hago es leer el tema desde el Ipad y así puedo, además de leerlo tranquilamente solo por tener un primer contacto, ver más o menos lo que me va a llevar cada tema para planificar mi semana cosa que hago a primera hora los martes.

Mi agenda suele ir así:


Martes: subrayar los temas
Miércoles: esquematizar primer tema
Jueves: esquematizar segundo tema
Viernes: completar los temas
Sábado: acabar de completar los temas y terminar de memorizarlos
Domingo: repasar y simulacro
Lunes: repaso y preparadora.
(Lo dicho, no estoy metiendo los repasos pero también están ahí, ya hablaremos del tema)

Es verdad que en sí no tengo planificado un día de descanso. Llevo varias semanas donde me gusta hacer más descansos diarios pequeños: paseos, cafés, visitas a amigas, cine, etc. más que grandes descansos como irme de ruta. Pero también porque eso me ayuda a motivarme.
Ayer me comentaba una compi: ¿Cómo haces cuando estás desmotivada? Pues creo que por eso me ha gustado tanto este método de descanso: saber que al final de la jornada me esperaba un premio, un descanso especial me ayuda a intentar acabar lo marcado con más ganas, más centrada: “un poquito más, que en breves vas a ver a x”.

Y si me sale un día entero de descanso, lo que hago es dividir el objetivo de ese día entre el día anterior y el siguiente. Por ejemplo, el jueves dan buen día y puedo ir de ruta al monte pues el miércoles me tocaría empezar a esquematizar el segundo tema y el viernes acabarlo.

De momento, me puedo permitir organizarme así pero soy muy consciente de que en cuanto empiece a trabajar… nanay! 

Bien… punto uno, organización semanal… ¡Listo!


Fuente: Google

Punto dos: ¿Cuál sería el punto dos? Supongo que cómo organizo mis esquemas.

En mis oposiciones uno de los exámenes consiste en escribir en dos horas uno de los temas que salgan en las bolas. Al contrario que en otras oposiciones, el temario no está fijado íntegramente, a ver si logro explicarme: en educación, el temario solo viene concretado por los títulos y sus epígrafes. Eso complica un poco la cosa porque hay miles de temarios y miles de formas de abordar los temas. A lo que se suma que algunos temas son extremadamente largos y otros extremadamente cortos.

No soy una fan de memorizar como dice mi madre: “como un lorito”. De hecho tengo grandes dificultades para ello pero sí que tengo una gran memoria visual. Por ello, me ayudan los esquemas que hago.

Es mi paso tres en la fase de estudio (después de una lectura inicial y del subrayado) cojo un folio en blanco y empiezo a transcribir el tema. Digo transcribir porque resumo, cambio frases por mis propias palabras, lo hago más visual, etc pero realmente no es un gran cambio. Lo importante es intentar no tener frases largas que tenga que leer mil veces sino que haya conectores. Por ejemplo si yo quiero poner lo que es la motivación cuya definición es…

La motivación: es una atracción hacia un objetivo que supone una acción por parte del sujeto y permite aceptar el esfuerzo requerido para conseguir ese objetivo. La motivación está compuesta de necesidades, deseos, tensiones, incomodidades y expectativas. Constituye un paso previo al aprendizaje y es el motor del mismo.”

A la hora de esquematizarlo yo haría algo como esto:

aunque con una letra mucho más pequeña


Fuente: Google
Es como descomponerlo por partes para que mi cabeza lo vaya entendiendo mejor. Lo visualizo todo: me veo un motigote con melenaza y una camiseta que pone motivación, que va caminando hacía una pantalla que pone objetivo. Debajo hay una hormiguita que es el sujeto y que con mucha fuerza levanta la pantalla (que sigue poniendo objetivo). Luego se acerca en zoom hacia la hormiga que tiene una gran sonrisa, más zoom hacia un bocadillo donde se ven las palabras necesidades, deseos, tensiones, incomodidades…

Y sí, estas historietas que me monto demuestran que estoy como una verdadera cabra. Pero lo importante es que me funcionan!!!! Y cuando llego al simulacro y tengo que acordarme de qué narices era, me acuerdo de la historia y lo suelto.

Esos son mis esquemas. Tardo mucho en hacerlos pero compensan porque me permite memorizar sobre la marcha y ya luego solo tengo que hacer un repaso o escribirlo un poco en una libreta y se me va quedando.
Sí, soy de esas de pizarrita o libreta y a escribir.
Fuente: Google

Punto 3: toca hablar del simulacro. A veces me llegan preguntas sobre qué es el simulacro o cómo lo hago. Mi simulacro simplemente es escribirle a mi preparadora el día que lo voy a hacer: “Buenos días, ¿qué tema me toca hoy?” y listo. Es como un sorteo en directo (mentira, sé que siempre me pone el tema más complicado, está comprobadísimo jajaja). Una vez queda el tema claro, vacío la mesa de casi todo, me traigo agua (y a veces palomitas) y me tocan dos horas de escritura sin parar. Como en el examen: sin móvil, sin baño, evitando las distracciones en general.

Creo que es interesante que os cuente un poco cómo me organizo a la hora de hacer el simulacro porque  he logrado llegar a unos pasos que me ayudan a hacerlo en las 2 horas de una forma más o menos organizada. En el examen real, si hay suerte y salen todas las bolas con temas que haya estudiado (llevaré unos 50 de los 68 que son) tardaría un poco en elegir los temas pero una vez que ya está, lo que haría o hago ahora es esto: 
  1.   Folio en blanco y a sucio: hacer un esquema de apartados, de lo que va en cada uno, palabras claves, autores, definiciones, etc. (Suelo tardar unos 7 minutos en hacerlo)
  2.     Introducción en la cual desarrollo el esquema de apartados, para así poner en contexto a las personas que me van a corregir el examen (inciso: en mi comunidad vamos los opositores a leer el examen, no los lee el tribunal, por ello, es importante dejar claro lo que pones para que no se les escape nada). En esta introducción hago hincapié en los aspectos más llamativos del tema  porque, además, en caso de no darme tiempo a acabar el examen (ojalá no nos ocurra nunca) yo habré dejado constancia de que sé que en ese tema había que mencionar ciertos aspectos (mejor eso que nada)
  3.    Desarrollo del tema propiamente dicho. Aquí todavía tengo ciertas cosas que si bien se me la teoría, no acabo de ser capaz de llevarla a cabo. Hay que dejar márgenes en el folio, espacio entre las líneas, resaltar las palabras clave y hacer un nexo entre los diferentes apartados. (nena, pues si te lo sabes hazlo…!)
  4.   Conclusión: en ella suelo hacer otro resumen del tema en sí, decir el motivo por el cual es tan importante centrar la atención en la temática y meter alguna frase de un autor, un programa, etc de importancia. (Habría que incluir la bibliografía, webgrafía y eso, pero la estudiaré por bloques más adelante, así que a día de hoy no la pongo)
  5.  No, no habíamos acabado. Me toca dejar al menos 5-10 minutos al final para leer el tema y ver que todo estaba bien. Mejor 10 que 5 porque si hay algo mal o algo que falta agradezco el tiempo extra.

Hasta ahora estaba haciéndolos los lunes por la mañana pero me costaba mucho, no me centraba, la hora de ir a la preparadora parecía que se acercaba y me ponía más nerviosa. Así que decidí que, aunque supusiese una tarde menos de estudio, me vendía mejor hacerlo el domingo por la tarde-noche.
Entre otras cosas por el ritmo, parece que una tarde de domingo mi casa está más tranquila, mientras que el lunes es el típico día donde mi madre se empieza a poner nerviosa, hay zafarrancho de limpieza, aspiradora, llamadas de mis tías, caos…
Por todo ello y porque el lunes ahora duermo un poco más, voy al gimnasio feliz, luego vengo y repaso y para la preparadora.

Que dicho sea de paso, con ella también hago el simulacro de leer el tema y hasta ahora lo que he podido extraer es la necesidad de beber agua, hacer pausas y mirar de vez en cuando al tribunal.

Y más o menos, eso es lo que os puedo contar hoy. Acordaros de que podéis sugerirme temas por correo o por mensaje privado en Instagram y que estaré más que feliz de intentar responderos. Un besooooote! 😘😘😘😘😘



martes, 14 de noviembre de 2017

Mi cerebro ha mutado y tiene un botón de OFF. ¿El tuyo?

noviembre 14, 2017 6 Comments


Si todo el año fuese fiesta, divertirse sería más aburrido que trabajar.” 
William Shakespeare

 
Fuente: Google


 En Ig solemos hablar de nuestros tiempos de estudio, de la necesidad que tenemos de organizar las cosas hasta el infinito y subimos fotos preciosas de nuestros zulos particulares.

Pero si os fijáis, si descansamos también descansa nuestras feed. ¿Por qué? (lo sé... esas fotos de descanso parecen que se llevan menos likes) Resulta curioso porque el descanso es algo tan necesario en las opos como ese tiempo de estudio. Pero ojo, no solo me refiero al descanso diario y semanal, que por supuesto que son necesarios. Me refiero a parones más largos, una semana por ahí, un fin de semana de viaje, etc.

Y más para las personas que se pasan años opositando sin casi descanso entre opos y opos. 



Fuente: Google
La realidad es que, somos personas con una batería (por decirlo de alguna forma). Hay semanas que por los temas que nos tocan, por las condiciones personales, etc. esa batería se desgasta menos y necesitamos menos carga al finalizar. Volvemos a coger los objetivos nuevos con ganas y con ilusión. Pero otras, otras son como pasar por un lago lleno de pirañas, se alinean los astros para que los temas se atasquen, los recados aparezcan de todas las esquinas, el coche se quede parado y los de tu alrededor estén quisquillosos. ¡Eso pasa! y no hay problema, es parte de la vida (estudiantil y no estudiantil). Pero entonces... ¿qué hacemos?


¡Sencillo! (que va, ahí hoy miento, sencillo no es) Planificar tiempos de descanso obligatorios. Obligatorios. Obligatorios. Imaginaros que es como cuando la batería del móvil se descarga, si se os ocurre no ponerla a cargar el móvil dejará de funcionar. Pues lo mismo nos pasa a nosotras (generalizo con el a, porque somos mayoría chicas, no se ofenda ningún señor 😅) con la diferencia que seguimos funcionando pero a modo de stanby.

Fuente: Google
La última apreciación que os quiero hacer antes de explicaros cómo veo yo los tiempos de descanso y cómo me organizo hoy, es que estudiar una oposición es un camino largo. Yo lo comparo con una ruta de monte y siempre recuerdo a mi padre decirme al principio "pitufa, hay que empezar como un viejo para acabar como un joven", es decir, hay que dosificar energías y empezar despacito para acabar con buena letra. Mi método descanso ahora mismo es el de esa primera fase donde me lo tomo con más tranquilidad todo, donde el nerviosismo todavía no está presente y, claro, donde yo me dedico 100% a las opos. En cuanto empiece a trabajar y se vaya acercando el momento de estudio, mi cuerpo también estará más activo con el nerviosismo, los tiempos de estudio se aprovecharan más (ley máxima: cuanto menos tiempo tenemos mejor aprovechamos el que dedicamos) y los tiempos de descanso serán menores. Pero de eso, ya hablaremos cuando llegue. Ahora mismo os comento mi método de descanso en la fase 1, es decir, la del viejito. (Y no os voy a contar nada que no sepáis, para que negarlo)

Dicho esto... ¿cómo me organizo los tiempos de descanso yo?
Uf, pregunta difícil donde las haya. Tengo la desgraciada suerte de no trabajar ahora mismo lo que me da mucha libertad a la hora de organizar mis horarios (aunque espero que la situación cambie en breves). Mis objetivos prioritarios a lo largo de la semana  (de lunes a lunes) son los siguientes:
        • Estudiar los temas de la preparadora (a partir de ahora 3 a la semana)
        • Repasar los anteriores (de forma pasiva, es decir, lecturas simples para refrescar) aunque de esto ya hablaremos que tengo la intención de empezar con un nuevo sistema que me aconsejó una compi. 
        • Avanzar con la legislación (poco a poco, cuando acabo los tema me pongo con ella)
        •  Lograr mis objetivos en el gimnasio (tengo una rutina marcada y, sinceramente, tomarmelo así es la mejor forma porque me obliga a ir, a cuidar mi cuerpo. De otra forma, no iría al gimnasio)
Como se ve, le doy total prioridad a los temas, porque sé que llevarlos adelantados me va a permitir estar más tranquila en la época previa al examen, me dejará centrarme en la progra y en los supuestos. Además, les dedico mucho tiempo para dejarlos a mi gusto, aunque sean de preparadora me gusta darles mi toque, leo otros dos temarios y artículos sobre la temática para poder completar con otros detalles. Más que nada, me gusta poder controlar del tema y sentirme cómoda defendiéndolo y, para qué engañarnos, esto lleva tiempo. Pero sé que en la fase de repaso lo agradeceré con ganas.

Bueno ahora sí que sí al lío. Mis tiempos de descanso son muchos: desde la ducha hasta el paseo al gimnasio, hasta la hora de después de comer a la película que algunos días me veo por la noche. Mi truco es que cuando salgo del opozulo: hago off. Desconecto. Es sano, es necesario y os lo aconsejo 100%. Cualquier momento puede ser de descanso si lo disfrutáis y desconectáis. Pero ojo, que no es fácil, a mi me ha costado darme cuenta y conseguirlo unos 3 años.

Pero lógicamente no es lo único: yo necesito tener algo de vida social, quedar con mi gente, ver a mi familia, etc. Intento limitar un poco esas salidas en tiempo y espacio y la gente que tengo alrededor sabe que después de estos años he establecido unas pequeñas reglas:
  • No hablar de oposiciones (a no ser que yo saque el tema porque entonces significará que necesito vomitar y desahogarme, pero todavía no ha llegado esa fase)
  • Intentar planificar estas salidas con tiempo, para que me de tiempo a organizar el tiempo que tengo. Me refiero a dos días de antelación, para saber que tengo que compensar esa tarde o saber que ese día tengo que tomar más café.(Inciso importante: esto no se aplica para situaciones de emergencia: soy amiga y eso va delante de opositora. Si alguien de mi entorno necesita algo, me da igual la planificación pero si la quedada es sin más, sí que prefiero tenerla organizada para que no me de algo luego intentando recuperar el tiempo)
  • Quedar para estudiar con amigos. Mis mejores amigos tienen que estudiar, bien porque su profesión requiere actualización constante o porque están haciendo masters. ¿Qué queréis que os diga? Llevo años estudiando en compañía así que no va a ser diferente ahora. Quedo con ellos, voy a la biblioteca, a Ikea y lo bueno viene en el premio de después: paseos, conversaciones, tomar algo... (de eso también podemos hablar en otra ocasión). Para mi los días que quedo con ellos son especiales, me lo tomo con más ánimo, salgo menos cansada y, curiosamente, rindo mejor. 


Fuente: Google
Y por supuesto... los viajes. Ahora mismo no tengo ninguno en la agenda, al no trabajar quiero gastar lo menos posible (aunque caprichos opozuleros baratos que me hacen más ameno todo esto... caen, cada vez menos, pero caen) pero son necesarios. Yo abogo por los viajes de fin de semana, de hecho os confieso que quiero irme a dos sitios y que estoy mirando todo el tiempo los vuelos o los airbnb, pero hasta que no haya nómina no hay escapada. 
Os pongo el mejor ejemplo de cómo me planteo yo estas cosas: 
Hace poco Oporientación2018 me comentaba que estaba agobiada con un viaje que le habían regalado: una semana en Tenerife, que no sabía qué se iba a llevar, que se iba a retrasar en la academia, etc. 
"¡Frena!" le dije, disfruta, lo necesitamos. No te lleves nada, no pienses en las opos, limpia la cabeza, limpia el nerviosismo, limpia porque aunque sea un paso atrás, es para coger impulso.  Su contestación fue de chica responsable-cabezona: bueno me llevo la legislación. 😂😂😂 No sé si realmente habrá cogido o no la legislación pero ayer llegó de sus vacaciones y decía que la mejor decisión que podía haber tomado era descansar, que venía con las pilas cargadas a tope y que había merecido la pena. 
En resumen: que si vas a descansar, lo hagas con todas las de la ley, que al final lo que podemos perder por unos días se puede recuperar con un ratito extra al día. 


Fuente: Google
Oye plumita, eso está muy bien pero, ¿cómo sabes cuándo descansar? Sencillo, soy de las que piensan que mejor aprovechar el tiempo, es decir, si me siento en el escritorio y me estoy quedando dormida: me echo una pequeña siesta (más que nada porque sé que el sueño no desaparece así que prefiero descansar un ratito y poder ponerme con toda la disposición y atención luego). Para mi lo fundamental no es cumplir un horario de estudio estricto, sino que al final de la semana tengo que tener cumplidos los objetivos que me ha puesto la preparadora y los que me he puesto yo, así que, una vez sabiendo eso: es cuestión de compensar tiempos. ¿Qué me echo una siesta porque no me centro y se me cierran los ojos? Pues acabaré más tarde ese día de estudiar. Y como no, mis mágicos turnos de noche. Me encanta estudiar de noche y aunque intento no hacerlo mucho por conciliación familiar, si algún día no llego a lo que quiero se activan los superpoderes nocturos.

Dicho esto, os dejo que me toca compensar el tiempo que he dedicado a la entrada: equilibrio, positivismo y fuerza de voluntad. De hecho, creo que esa es la clave del descanso: tener la fuerza de voluntad de después tomártelo más en serio.

Un besoooote😘😘😘😘

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