martes, 28 de noviembre de 2017

Expectativas y realidades. ¿Cómo me afectan?

(Se aconseja leer la siguiente entrada bajo su responsabilidad. Está escrita desde las malas experiencias y el resentimiento de tres años y pico de estudio y dos oposiciones. Se mezclará la ironía, con el cabreo y, al final (spoiler) con una breve moraleja. Por favor, sed conscientes de ello.)

Vamos a aclarar una cosa antes de nada: no estoy estudiando para sacar una plaza. 

¡ZAS! Pero Plumita, ¿cómo que no estás estudiando para sacar una plaza? No. No puedo estudiar para sacar una plaza, soy consciente de las limitaciones que tiene mi oposición: necesitas experiencia

¿Y para qué estudias? Para conseguir la mejor nota posible. El objetivo es claro, conseguir la mejor nota para poder subir en la lista, trabajar y, así, ganar experiencia para en otras oposiciones poder ir a por la plaza. 


Yo estoy concienciada de esto, sé que la posibilidad de sacar plaza a la primera o a la segunda sin experiencia existe, pero es tan sumamente remota que prefiero mentalizarme en que voy a ir a sacar la mejor nota, trabajar mucho y el día de mañana tener la "maldita" experiencia. 

Lo hago así porque creo que es una forma más sana de enfrentarme a ellas. Mi experiencia me dice que es un proceso muy injusto en el que entran en juego muchos más factores además del estudio y el conocimiento. La última vez que me presenté, tardé más de dos meses en recuperarme psicológicamente de todo el cansancio y del tremendo chasco que me llevé (aprobé la primera parte, suspendí la segunda, quedando una media de aprobado pero en una posición en la que no podría trabajar). Por ello, si ya antes de presentarme a las opos tengo en mente un objetivo más realista, la resaca post-opositoril será más llevadera.  


El problema recae en que en mi alrededor la gente no entiende este sistema absurdo de oposiciones. ¡Ojo! que no pasa solo en educación, me acabo de encontrar a un amigo que es médico, uno de los mejores en su especialidad, ha sacado una notaza en su primera parte de oposición y cuándo le he preguntado qué tal llevaba la segunda me ha caído un rotundo: "la verdad es que lo llevo muy bien, pero como no saque un 100% no tendré la plaza, porque hay gente con mucha más experiencia  que me superará con nada". ¡Vaya plan!

Mi madre lo entiende bien. Ella ha vivido procesos de selección aunque en su profesión se trabaja mucho mejor que en la mía. Gracias a ello, ahora está en ese "lado oscuro" de tener experiencia 😅😅😅. Desde hace unos años me hizo ver que este camino iba a ser largo, que me lo debía tomar con calma pero sin pausa y, sobre todo, con objetivos realistas (sabias madres). 

Mi padre es otra historia. Él no entiende que sacrifique año tras año para estudiar y que cuando trabaje sea en condiciones de sustitución en cualquier lugar de la Comunidad. Por él soy maestra, por él me he metido en las oposiciones ya que ha sido un futuro que él me ha ido dibujando desde bien pequeña, llevando mi vocación más hacia la educación. Pero parece ser que él esperaba llegar y besar el santo.
Para ser sincera siempre he sido buena estudiante y lo tengo muy mal acostumbrado. A él y a mucha gente de mi alrededor. Mi primer año de oposiciones lo compaginé con un master y la verdad es que no pude estudiar lo que me hubiese gustado. Cuando mis allegados me preguntaban, les contestaba la realidad: "las opos muy lentas, no creo que llegue a todo. Iré por probar la experiencia". A lo que ya estaba más que acostumbrada a escuchar aquello de "mujer, tú puedes con todo. Seguro que las apruebas y con nota". 
Llegó un momento que estos comentarios me enfadaban y mucho. Yo no decía eso por decir, realmente llevaba las opos como el culo (sí, vamos a quitarnos finerías y dejar las cosas claras). Si soy sincera, me presenté a las opos llevando todos los temas leídos, 7 estudiados bien, de los cuales, me encontraba segura con 5.
Ahora, eso sí, me miró un ángel. Igual que en orientación llevaba 48/68 temas y no me tocó ninguno, aquí me tocaron 2 que me sabía y hasta pude elegir. Aprobé, justita y entonces... continuaron los problemas. 

El comentario que más escuchaba ese año era: "ay!, ya en lista. Ya verás como este año trabajas mucho"

Ya soy una experta en las caras de sapo. Aunque últimamente las disimulo bien. 
No, ese año no trabajé nada, y sí, tuve que escuchar los comentarios del tipo "trabajarás mucho" todo el año.

Inciso más que importante: vaya por delante que estos comentarios me molestaban mucho porque sabía que no se harían realidad, aumentaban mi ansiedad o la sensación de que iba a defraudar a las personas de mi alrededor, pero en el fondo, las personas que me lo hacían solo buscaban animarme lo cual agradezco muchísimo. 💓

Lo que sí os digo es que he llegado a un pacto para que esto no ocurra con la mayoría de las personas con las que tengo un contacto más o menos continuo: no hablar de la oposición a menos que yo empiece la conversación sobre ellas. Los amigos somos amigos para todo, yo tengo una amiga que es médico y jamás quiere que le hable de medicina, pues no lo hago (al menos que me esté muriendo delante de ella), esto es lo mismo. Si salgo un día para distraerme con un amigo y lo primero que me pregunta es qué tal el estudio, seguramente me agobie. Se lo agradeceré con todo mi corazón porque no deja de ser preocupación por mí, pero bueno... ahora ya lo tenemos arreglado: no hablamos de ello y punto. 

Es un camino difícil y es importante que los de vuestro alrededor os apoyen y os entiendan. No digo que el mundo gire entre vosotros/as, no somos el centro del mundo, pero sí, poned claros los límites que pueden hacer sentirnos mejor. A mí, en todo este recorrido solo hay una persona que no me lo respeta, que cada vez que quedo con él llego a casa con el ánimo, la autoestima, la motivación por los suelos y es... mi padre. Insiste en que me vaya a la empresa privada, sea por educación o por recursos humanos. 


Es preocupación de padre y, como tal, se le agradece pero haced un ejercicio de imaginación durante un segundo. Con toda la ilusión sacas un día para comer con tu padre, para ir al teatro, para ver una charla, para tomar un vino, etc. Llegas, al principio bien y al poco tiempo empieza soltando cosas, en un tono más bien desagradable, como "pero es que tú te ves?, todo el día haciendo que estudias, sabes que memorizar no se te da bien, para qué? si al final vas a estar igual que ahora, en una lista, sin trabajar... No te merece la pena. Tú vales mucho (aquí dices, algo bueno, menos mal), porque eres una vaga, porque estás de papo de tu madre, lo que tenías que hacer es ponerte a trabajar ya, porque esa preparadora tuya lo único que quiere es tu dinero, porque vaya plan que te traes, por qué no duermes bien, te tiene que dar más el sol porque no veas que cara traes, etc. etc. etc."

Y si me preguntáis como lidio ante esta situación os seré sincera: mal. Lo que acabo haciendo es verlo menos y espaciar estas charlas porque os puedo asegurar que me dejan rota y llena de dudas. Llego a cuestionarme todo por lo que estoy trabajando y eso no me lo puedo permitir. Es muy fácil decir que os entre por un oído y os salga por otro, pero no deja de ser una persona muy importante en mi vida, mi padre... ¿cómo no le voy a hacer caso? No deja de ser a esa persona a la que le consulto muchísimas cosas importantes...

Así que, simplemente, me dejo una nota en el escritorio antes de quedar con él, recordándome por lo que lucho, recordándome mis sueños y, sobre todo, dándome razones para seguir al día siguiente a tope. 

Moraleja: desde luego el exterior condiciona. Estamos en una etapa de nuestra vida en la que tendemos a ser egoístas por naturaleza: pasamos mucho tiempo solos/as, aislados/as y tendemos a ser más conscientes de lo que pensamos, necesitamos, lo que nos molesta, etc. Pero ojo, repito, no somos el centro del mundo. Está bien intentar comentarles a nuestros cercanos las cosas que pueden hacer o no hacer con tal de ayudarnos a sentirmos mejor, a motivarnos... pero eso incluye que ellos nos digan lo que echan de menos de nosotros/as. Y si os pasa lo que a mí, que uno de los pilares importantes de mi vida no cree en lo que hago, reflexionad si el camino que hacéis tiene sentido y, si lo creéis así, intentad que la otra persona lo entienda. Si sigue igual, luchad con todas vuestras fuerzas. 
Tendréis vuestros bajones más acusados, porque os faltará ese apoyo pero cuando saquéis las plazas: invitáis a esa persona a una buena cena o comida y le agradecéis que os haya hecho más fuertes. 


Como siempre, espero que os haya gustado la entrada. Sé que es algo diferente a lo que estáis acostumbrados pero me ha venido bien soltarlo. Un besoooooote enorme! 😘😘😘😘😘😘



 



 

7 comentarios:

  1. Pequeña. Ánimo. Poco más te puedo decir que no sepas ya. Aquí estamos para los momentos de bajón y para los de subidón. Yo soy una novata como quien dice acabo de empezar. Pero te entiendo. Entiendo tu situación. Como anécdota. Salio de vacante en Castilla y León a principio de curso mi pueblo, y yo como curiosidad se lo conté a mi abuela (curiosidad porque estaba claro q estaba a años luz de conseguir una vacante jaja) y me dice la mujer: hija y no conocemos a nadie para que te pueda meter ahí ? Y yo �� ay abuela ! Que esto no funciona así. Era por sacarte una sonrisa :) ánimo animo animo ! @oporientacion2018

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    1. Jo, muchísimas gracias! Estoy bien, la entrada estaba medio escrita de hace un tiempo pero vamos, que es una situación permanente. Eres un solete!!!!!!!!!!!!!!!!!! besotes

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  2. Uyyy a ti te ha venido bien soltarlo, y a mí leerlo.... mi situación es diferente a la tuya.... yo tengo el apoyo de toda mi familia pero.... oposito con dos hijas pequeñas un marido y una casa de la que ocuparme... A veces me parece que todo esto es imposible que el estrés acabará conmigo.... y otras veces pienso “ oye verás como todo esto valdrá la pena” en fin vivo en una montaña rusa constante.
    A la desavenencia con tu padre.... sólo te digo ÁNIMO!!! Sin ser sexista, con los hombres es un poquito más difícil lidiar. Te pongo un ejemplo: cuando tienes novio al que más te cuesta contárselo, que te entienda, y presentarle a tu pareja es a tu padre. Pues esto es igual, le costará entenderlo pero estará MUY ORGULLOSO DE TI. Un beso guapa.

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    1. Yo siempre digo que debemos de estar orgullosas de lo que hacemos porque sguro que estamos dando el máximo de nuestras posibilidades... el resto? ya vendrá. Puede tardar un poco más o un poco menos pero seguramente llegará. Y lo de los hombres, me ha hecho mucha gracia porque lo de la pareja es tal cual y nunca, nnca, había caído en ello. Un besoooote

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  3. ¡Madre mía! Te estoy leyendo desde mi opozulo y entiendo perfectamente tu situación. ¡El sistema de este país no tiene absolutamente ningún sentido! En mi caso no me atrevo a quejarme a pesar de que lleven 10 años sin sacar convocatoria. Soy de francés de secundaria de Galicia y la última vez que hubo opos fue en el 2008. Vamos, estaba yo en 2º de carrera. Por suerte, hace un par de años abrieron listas extraordinarias para cubrir vacantes y me apunté (por eso "no puedo" quejarme). Éste es el tercer curso y he trabajo en total 3 semanas así que ya ves... La frase de: "Lo importante es entrar, ahora te van a llamar y vas a trabajar mucho" también me suena bastante. ¡Qué cruz!
    Mucha suerte y ya tienes una seguidora más. Un besiño!

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    1. Muchas gracias por tus palabras. Lo malo es que nadie te informa de esto cuando empiezas la carrera. Sabes que las oposiciones están ahí y que no son fáciles pero nadie te dice, realmente, cómo funciona la rueda. Son años de nuestra vida condicionados porque el sistema no tiene sentido pero bueno, supongo que tú, como yo, sientes pasión por la docencia así que... desgraciadamente, no nos queda otra. Yo el año pasado trabajé todo el año y este, aunque me llevan convocando desde septiembre, todavía nada. Me estoy desesperando un poco con la espera :(
      Un besote guapa =)

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    2. Tienes toda la razón, no nos queda otra que luchar y luchar ya que no deja de ser nuestro sueño. Mucho ánimo y... ¡Feliz año! Sigue así que me gusta mucho como cuentas las cosas. ¡Hasta te he recomendado en mi blog!

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