Hola, hola!!
He empezado esta entrada unas 3000 veces.
No es una entrada fácil en parte porque las oposiciones no duran dos días, tienen fases y muchos días entre medias que hace que se alargue mucho o que yo me líe demasiado.
Por eso, con vuestro permiso, voy a dividirlas en Pre-examen, Primer examen y Defensa.
Tengo que comenzar diciendo que en casa me llaman Brujita. Yo no sé si creo en estas cosas o no, pero sí que tengo un sentido de la intuición desarrollado para cosas muy tontas. Ejemplo: Una tienda queda en que mi portátil tiene que llegar el día 4 y yo creo que no. Pues no llega. Y cosas así, tontas, absurdas... como el creer que hoy voy a aparcar en el centro y encontrar un sitio. Lo que os digo: tonterías.
Pero este año tenía una intuición. No era una meta porque en el fondo siempre pensaba lo mismo: con mi baremo tengo que esperar, vete a subir en bolsa, haz lo que mejor que puedas y ya se verá, etc. Pero, muchas veces, me asaltaba esa frase de "este va a ser tu año". También la apartaba rápidamente de mis pensamientos porque me daba mucho vértigo.
El proceso de estudio lo habéis vivido conmigo, día tras día, durante unos cuantos años ya. Este año tenía una compañera en el viaje con la que he ido haciendo los temas, supuestos y he disfrutado porque sí: es posible opositar y vivir (incluso trabajando). Al menos, en mi caso. Desde un primer momento nos planteamos viajar, buscar nuestros momentos de desconexión: Málaga, Disney, Barcelona... han sido nuestras tablas de salvación y nuestras grandes motivaciones para estudiar a tope las semanas previas.

Algún día, os contaré más, porque sé que si no se cuenta no sé entiende, pero por el momento prefiero dejarlo así.
Llegué a junio contenta, orgullosa del año que había vivido y con un grupo de colegas-amigos del que he aprendido un montón, encontrando el buen ambiente en el trabajo que necesitaba y disfrutando de los ratitos con ellos. Entre interinos nos ayudabamos con las opos. De hecho, una semana antes del examen recuerdo decirle a una compi: uf, el tema de geometría me tiene atascada con esta clasificación (y recitarmela ella). Curioso, fue el tema que acabé haciendo.
Las sensaciones ante el examen era: ¡que esto se acabe ya, pase lo que pase! Aunque empecé a tener los remodimientos y esa clásica sensación: NO ME SÉ NADA 😓 Porque sí: esa sensación la tenemos muchos aunque no es verdad.
Día Pre-examen:
Eché a mi madre de casa. Sí, la eché. A ver, para ser más concreta, el día del examen teníamos una boda fuera de mi ciudad y yo, le sugerí a mi madre, que igual era mejor que durmiese en casa de mi tía ya que iban a cenar en plan pre-boda casi todos los hermanos y así no cogía el coche. AY, esa es una de las cosas más especiales de esta oposición.
"Sí, está siendo una locura de texto, las otras irán más ordenadas pero esta es quizás en la que más sentimientos intento volcar y eso lleva al lío "
Tengo muchos, muchos tíos y tías; pero estamos divididos por España. En especial, a un tío y a sus hijos, les tengo un cariño diferente. Me he pasado los veranos más complicados de mi vida refugiada en su casa, me han mimado y han ayudado a mi madre a que mi infancia no estuviera tan marcada por la enfermedad de mi padre y eso, no se olvida.
Como estamos lejos, no los veo mucho, así que imaginad mi sensación cuando el día antes del examen, aparecen por la puerta de mi casa, me pegan un abrazo infinito y me desean la mejor de las suertes. Fue un subidón.
En ese momento salieron todos de casa y me quedé sola hasta el día siguiente. Sí, lo sé, para muchas personas debería de haberme ido a comer con ellos y disfrutar de ese día intentando desconectar peeero a mi eso NO me funciona.
El día de antes necesito estar tranquila en casa, leyendo, repasando, dándole vueltas a la pizarra. YO SOY ASÍ.
Y con esto os digo: dejad que cada uno haga lo que quiera, si necesita salir, que salga, si necesita dormir, que duerma... pero los "debes salir", "debes respirar", etc. sobran; cada uno nos conocemos y al final, hacemos lo que creemos que nos puede ir mejor.
Fue un día en el que no me moví del sofá, tenía un esquema de una hoja por cada tema e iba poniendo en una pizarra el esquema, repasaba clasificaciones, me volvía loca porque pensaba "tenía que haber dedicado más tiempo a esto", "estoy tocando el tema que voy a hacer e igual no le estoy haciendo caso", etc.
Realmente estaba nerviosa pero reinaba más la necesidad de quitarlo de encima, de dejar de dar vueltas una y otra vez a cosas que ya no iban a entrar en mi cabecita. Y me fui a la cama.
Leches. ¡Qué miedo! ¿A qué? A que el despertador no sonase. Puse todos los cacharros que pude: reloj, despertador, ipad, movil, otra aplicación en el móvil, etc.
Era mi cuarta noche pre-oposición y las recuerdo casi todas.
En la primera (primaria) estaba tranquilamente ansiosa: ¿cómo son? ¿podré escribir? (llevaba 7 temas de 25, solo iba a probar y estaba deseando tener una pizca de suerte).
En la segunda (orientación) había alquilado un piso con una amiga para estar cerca del instituto donde hacíamos el examen. Cenamos, conversamos sobre los supuestos y me fui a la cama repasando, tirándome de los pelos porque llevaba 48 temas de 68 y tenía un lío...
En la tercera (orientación otra vez) bueno, esta ya la vivistéis conmigo: quizás aquí ya me pesaba un poco más la experiencia y, aunque estaba nerviosa, tenía una especie de tranquilidad en plan: esto lo llevo estudiado, ahora toca demostrarlo.
¿Y esta vez? Caí rendida. No me dio tiempo a pensar en nada, estaba agotada. Descansé, me desperté 10 minutos antes que todas las alarmas y cogí un taxi. Porque sí, porque lo de coger un bus aunque fuera MUY pronto y tuviese tiempo de sobra... no lo veía. Me tenía que cruzar media ciudad y tenía miedo a un gran atasco. Era la primera vez que nos juntabamos todo magisterio haciendo las oposiciones en Oviedo y, creedme, hubo un buen atasco peeero... yo fui mucho más temprano y no lo pillé.
Dicho esto... os veo en el Examen!
Fue un día en el que no me moví del sofá, tenía un esquema de una hoja por cada tema e iba poniendo en una pizarra el esquema, repasaba clasificaciones, me volvía loca porque pensaba "tenía que haber dedicado más tiempo a esto", "estoy tocando el tema que voy a hacer e igual no le estoy haciendo caso", etc.
Realmente estaba nerviosa pero reinaba más la necesidad de quitarlo de encima, de dejar de dar vueltas una y otra vez a cosas que ya no iban a entrar en mi cabecita. Y me fui a la cama.
Leches. ¡Qué miedo! ¿A qué? A que el despertador no sonase. Puse todos los cacharros que pude: reloj, despertador, ipad, movil, otra aplicación en el móvil, etc.
Era mi cuarta noche pre-oposición y las recuerdo casi todas.
En la primera (primaria) estaba tranquilamente ansiosa: ¿cómo son? ¿podré escribir? (llevaba 7 temas de 25, solo iba a probar y estaba deseando tener una pizca de suerte).
En la segunda (orientación) había alquilado un piso con una amiga para estar cerca del instituto donde hacíamos el examen. Cenamos, conversamos sobre los supuestos y me fui a la cama repasando, tirándome de los pelos porque llevaba 48 temas de 68 y tenía un lío...
En la tercera (orientación otra vez) bueno, esta ya la vivistéis conmigo: quizás aquí ya me pesaba un poco más la experiencia y, aunque estaba nerviosa, tenía una especie de tranquilidad en plan: esto lo llevo estudiado, ahora toca demostrarlo.
¿Y esta vez? Caí rendida. No me dio tiempo a pensar en nada, estaba agotada. Descansé, me desperté 10 minutos antes que todas las alarmas y cogí un taxi. Porque sí, porque lo de coger un bus aunque fuera MUY pronto y tuviese tiempo de sobra... no lo veía. Me tenía que cruzar media ciudad y tenía miedo a un gran atasco. Era la primera vez que nos juntabamos todo magisterio haciendo las oposiciones en Oviedo y, creedme, hubo un buen atasco peeero... yo fui mucho más temprano y no lo pillé.
Dicho esto... os veo en el Examen!
¡Me encanta que hayas compartido tus sensaciones del examen! Todos tenemos diferentes formas de llevar este proceso y, como tú dices, los "Sal a pasear", "No estudies más", etc. SOBRAN. En mi pre-examen tuve la presentación de la prueba, en la que leían criterios de calificación. Yo me presentaba por la especialidad de música, y cuando explicaron cómo sería la interpretación musical y qué valorarían me marché de allí y estuve una hora llorando... Mis amigas me decían que saliera y me fuera a pasear. Mi novio se quedó conmigo en casa, a mi lado todo el tiempo, cuando terminé de llorar me quedé dormida. Cuando desperté mi novio me dijo: "puedes con ello". Así que me levanté y me senté a repasar y a aprenderme la bibliografía. Lo que quiero decir con esto, es que cada persona es un mundo y cada uno lo vivimos a nuestra manera. Debemos hacer lo que nos pide el cuerpo y la mente en ese momento. ¡Gracias por compartir!
ResponderEliminarHola!! Espero que hayas tenido mucha suerte. Por supuesto, al final incluso nosotras mismas hacemos lo que se espera porque creemos que puede ser lo mejor, pero debemos escucharnos más.
ResponderEliminarAl final, somos las que nos conocemos.
Un besote!